EL MUNDO
18 octubre 2011
Yo me opero y tú
adelgazas también
Patricia Matey
Muchos expertos se reafirman en que la obesidad es un
problema sociofamiliar.
Cualquier
persona tiene mucho más riesgo de ser obeso si tiene un amigo, una esposa o un
padre con sobrepeso. La obesidad es contagiosa, lo han demostrado varios
estudios científicos en los últimos años. Pero, al parecer, también se
'transmiten' los efectos positivos de la cirugía de la obesidad.
John Morton, de la Universidad de Stanford,
en California (EE.UU.), acaba de constatar en un estudio que los familiares de
los pacientes que se someten a un 'by pass' gástrico (técnica quirúrgica que
permite la restricción de la ingesta de alimentos y la disminución de su
absorción) también pierden peso y, además, adoptan estilos de vida saludables.
Aunque éste es uno de los dos trabajos científicos existentes en la actualidad
que respaldan los efectos de la cirugía bariátrica en
la familia, los cirujanos que la practican desde hace tiempo llevan años
observándolos.
Es
el caso Juan Carlos Ruiz de Adana, del Área de Cirugía General y Digestivo y
coordinador de la Unidad de Obesidad Mórbida del Hospital de Getafe en Madrid. "Recuerdo perfectamente el caso de
una madre que intervenimos en la unidad cuyos hijos también padecían obesidad.
Efectivamente, los cambios de vida que ella adoptó tras la intervención
sirvieron para que los familiares empezaran a llevar una dieta más sana y,
consecuentemente, también redujeron peso. El estudio estadounidense reafirma el
hecho de que la obesidad es un problema sociofamiliar. De ahí la importancia de
tratar a todos los miembros en su conjunto. Nosotros hacemos terapias de grupo
con este fin cuando decimos que un paciente va a ser intervenido", aclara.
Publicado
en el último 'Archives of Surgery',
el estudio ha sido llevado a cabo con 35 pacientes y 35 familiares, además de
15 de los hijos, menores de 18 años. Antes de la intervención, el 60% de los
familiares adultos y hasta el 73% de los niños eran obesos.
Tanto
pacientes como familiares (tenían que vivir en el mismo domicilio) recibieron
tres sesiones educativas antes de la intervención y, posteriormente, tras la
cirugía, acudieron a varias sesiones donde repasaron los estilos de vida
adoptados a lo largo del año de seguimiento que duró la investigación.
"En
cada visita clínica, se proporcionó tanto a los pacientes como a los familiares
la dieta estándar y el asesoramiento sobre el estilo de vida que acompaña a la
cirugía bariátrica. En dichas recomendaciones se hace
especial énfasis en seguir una alimentación rica en proteínas y fibra, y baja
en grasas y azúcares, con comidas pequeñas y frecuentes. Asimismo, se
recomienda la actividad física diaria, dormir ocho horas, beber alcohol con
moderación y no ver más de dos horas diarias de televisión", reza el
ensayo.
Entre
los datos obtenidos en la investigación destaca "que la pérdida de peso se
produjo tanto en los familiares adultos no obesos, como en los que sí tenían
sobrepeso. Al parecer, la reducción de kilos observada entre los miembros de la
familia fue de un 3% del total del peso corporal... Los datos sugieren que la
convivencia con un paciente que se somete a un 'by pass' gástrico y la
realización de un plan de dieta estructurada, junto con el intervenido, puede
tener un efecto en el peso de los miembros de la familia. Estos últimos
afirmaron, además, que comían mucho menos de forma incontrolable",
reconocen los investigadores.
Otro
efecto colateral de la cirugía bariátrica fue el
cambio en los hábitos de vida. "Los menores de la investigación además de
reducir el tiempo de horas delante de la televisión, incrementaron su actividad
física", agregan.
Para
el doctor Adana, el estudio "es muy interesante y constata que los hábitos
adquiridos por un miembro de la familia influyen en los demás. El 'by-pass'
gástrico logra una pérdida intensa y duradera, pero requiere de un cambio en
los estilos de vida. Precisamente, estas modificaciones suelen producirse
durante el primer año, cuando el paciente está muy motivado, el problema es que
luego algunos se relajan y vuelven a abandonar la dieta mediterránea y a comer
fritos, alcohol y dulces... La información y la educación a los pacientes es
fundamental para mantener los efectos de la cirugía y luchar contra la
obesidad".